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Entrevista a David Cotos.

  • Amanda Escudero
  • 14 ene 2017
  • 6 Min. de lectura

Para conocer a David y su trabajo literario tuve que ser víctima de la tecnología y las comunicaciones digitales. Recuerdo que estaba navegando por Kindle, buscando algún libro o cuento que me llamara la atención hasta que encontré uno llamado El amor es como un pan con mantequilla, me llamó la atención el nombre y busqué al autor, David Cotos me sonaba a nombre mexicano –estaba muy equivocada– y ese día no compré el libro. Unos días o semanas después, sinceramente no lo recuerdo, comencé a seguirlo en redes sociales –ya sé, ya sé parece una historia de algún fanático que sigue a gente famosa para ganar mas seguidores pero fue todo lo contrario–. Siguiéndolo en redes me encontré con un post que hizo David en el que por cierto tiempo su novela corta El amor es como un pan con mantequilla iba a estar gratuito para descarga digital en Kindle, en seguida me metí a la aplicación, descargué el libro y en menos de 3 horas ya lo había terminado –no sé si lo terminé tan rápido por las ganas que tenía de leerlo o porque en realidad me gustó mucho–.


Seguí siendo una espectadora más de las redes sociales de David y para que no haya tanta confusión en mi historia, les platicaré rapidísimo que él es peruano, actualmente reside en Lima. Es escritor por vocación y economista por profesión, con más de 10 años trabajando en el ámbito de los recursos humanos y el coaching así como también cuenta con 7 libros publicados y actualmente se encuentra trabajando en su siguiente novela –¡qué emoción!–. Si me disculpan, retomaré mi historia. Siendo aún víctima de la era de la tecnología, descargué después, El secreto del amor está en el limón y ahora tengo mi copia. Aunque no fue hasta el año pasado –en diciembre para ser mas exactos–, que en otra de sus publicaciones puso que vendría a México y quería que sus seguidores mexicanos le dieran recomendaciones sobre qué hacer y a dónde ir en la CD.MX. –el mundo es de los aventados, dicen por ahí y no dudé en mandarle mensaje–, así que le di una lista de los lugares culturales a los que obligatoriamente tenía que ir y estuvimos en contacto. En esas fechas entre proyecto y obligaciones no pude y nunca se me ocurrió pedirle que nos viéramos, sin embargo, me mantuve al tanto de cómo se sentía en México –pues creo que una de las cosas que más caracterizan a los mexicanos es la hospitalidad que le damos al extranjero–. Ahora después de ciertos meses Arteria Cultural decidió hacerle una entrevista para difundir su trabajo y que ustedes tengan la oportunidad de conocerlo.




A.C: David, siendo economista de profesión, ¿por qué decidiste dedicarte a la literatura?

D.C: A la mitad de mi carrera de Economía (año 1998) sentí la imperiosa necesidad es escribir. Era como una manera de desahogo donde botaba todo aquello que tenía dentro y que solo podía hacer a través de las palabras en un texto. Inicialmente fueron poemas para luego derivar a los cuentos. La economía y la literatura tienen mucho en común: te muestran cómo funcionan los individuos en este mundo. La particularidad es que la literatura lo que hace es inmiscuirse en lo más profundo de la vida de cada individuo.


A.C: ¿Qué es lo que te inspira a seguir escribiendo después de cada libro?

D.C: Saber que todavía puedo decir algo bueno que aporte al lector en ese mundo que él o ella está construyendo a cada momento. También el hecho de que a través de cada libro yo me hago preguntas y respuestas, que soy capaz de provocar un debate interno acerca de las decisiones que va tomar un personaje en el transcurso de la historia.


A.C: ¿Cuál ha sido tu mayor reto al momento de escribir?

D.C: Ser capaz de que la historia fluya, que no haya entrampamientos. Eso facilita la comprensión tanto mía como la del lector. Hacerlo sencillo es la clave. Otro punto que siempre me significa un reto es el inicio de la historia, esas primeras líneas deben gustarme lo suficiente como para seguir escribiendo la historia. Puedo demorar meses solo en esas primeras líneas. Una vez superado ese momento, lo que viene es rápido.


A.C: Háblanos un poco de alguno de tus libros, el que más te haya gustado escribir.

D.C: Me gustó escribir El hombre que te amaba a ti. Inicialmente iba contar la historia de un hombre y una mujer que se citan en un lugar al norte del Perú y ahí viven un romance. Sin embargo ocurrió un hecho extraño en mi vida que cambió esta idea inicial que tenía. Paso a contártela: En aquellos tiempos antes de escribir la novela, me gustaba postear muchas frases en Facebook, entre ellas habían varias que hablaban del amor. Había lectoras que les gustaba y comentaban. Todo bien hasta que un día me escribió una seguidora y me dijo: “muy hermoso lo que escribiste para mí”. Era una frase extraña, no le di importancia, de no ser porque siguió escribiendo y luego hasta me llamó la atención y dijo: “¿Por qué estás molesto conmigo? ¿Por qué me escribes eso?”. Me di cuenta que ella pensaba que todo aquello que yo posteaba, ella lo sentía dirigido a ella. Le aclaré que yo cuando hablo o escribo sobre el amor lo hago a nivel general, no pensando en alguien en particular. No me respondió nada. Le conté esta historia a una lectora psiquiatra que había conocido en mi viaje a la Feria del Libro de Bogotá y ella dijo: El caso de esta muchacha puede tratarse de erotomanía. Fue así como investigué en libros sobre este tema. Me apasionó tanto que decidí que mi novela El hombre que te amaba a ti tratara sobre un escritor que conoce a una lectora por las redes y ella sufre de erotomanía.



A.C: ¿Cuál es uno de tus libros favoritos y por qué?

D.C: Son varios libros, te voy a decir uno que se me vino a la cabeza justo en este instante: La Tregua de Mario Benedetti. Me gusta porque los personajes son sencillos, no tienen pretensiones de ser héroes o salvar el mundo, su mayor preocupación es salvarse a ellos mismos y a quienes aman. El libro es sobre el amor de un hombre mayor con una mujer menor, el uno en una etapa de deterioro, la otra en la flor de la vida. El título es maravilloso porque durante un tiempo o llamémosle “tregua”, él apuesta al amor y se olvida de todo por ella.


A.C: ¿Tu manera de escribir tiene algúna influencia de alguno de los muchos autores que has leído? ¿Cuál?

D.C: Yo apuesto por tener un estilo único, pero no se puede negar que uno es fruto de las películas y libros y personas que ha visto o conocido. Podría decir que mi influencia mayor a la hora de escribir pasa por el cine, más que por los estilos de los escritores. Lo mío es el estilo de narrar películas por parte de directores de cine como Francois Truffaut, Ingmar Bergman, Alfred Hitchcock, Woody Allen y Akira Kurosawa. Por cierto cuando escribí “El hombre que te amaba a ti” busqué que cada capítulo fuera desde el punto de vista de los distintos personajes de la novela, esto fue inspirado a raíz del impacto que me causó ver el filme “Rashomon” del gran Kurosawa.



A.C: ¿Cuál ha sido la experiencia más gratificante que has tenido en tu carrera literaria?

D.C: Haber conocido lectores y lectoras de mis libros en países como Argentina, Colombia, México y en mi país Perú. Las charlas en medio del café o una limonada o un taco al pastor, las caminatas por la ciudad o en las ferias de libros, el sentarse en un banco de la plaza y seguir conversando de la vida o de lo que sea. Esta interacción con el lector es lo más atractivo de estos años escribiendo.


A.C: ¿Cuál es tu opinión sobre el apoyo actual a los artistas de tu país?

D.C: Pienso que el primero en apoyar a los artistas peruanos debería ser el público peruano, valga la redundancia. Si siempre vamos a estar valorando en primer lugar lo extranjero ¿cuándo vamos a valorar lo nacional? ¿Cuándo vamos a sentirnos orgullosos de lo que tenemos, de lo que somos?


A.C: ¿Crees que una persona, independientemente de su profesión, debería de practicar algún arte y por qué?

D.C: Sí porque es curativo. Los seres humanos deberíamos siempre practicar un deporte, un arte y por supuesto un trabajo que satisfaga nuestras expectativas. Si tienes suerte y ese trabajo es tu arte o deporte favorito, te sacaste la lotería. Pero si no es así, dale sigue adelante, quien sabe mañana obtienes el premio gordo. A veces es mejor pecar de ingenuamente optimista a estar quejándose de que todo está mal o va ir mal.


A.C: ¿Qué crees que caracteriza a un buen lector?

D.C: Creer que el libro que vendrá va ser mejor que el que acabas de leer. Es un círculo que no se cierra.


A.C: ¿Cómo te describirías?

D.C: Un tipo pacífico, curioso, detallista y analítico.


A.C: ¿Cuál es el mejor consejo que le puedes dar a los próximos jóvenes que se quieren dedicar a la literatura?

D.C: ¡Que empiecen ya! Y lo hagan todos los días, la única manera de alcanzar un estilo propio y sostenerlo es entrenarse a diario. Al menos así lo veo yo.




¡Muchas gracias, David! Y esperamos que nuestros lectores se atrevan a formar parte de este fenómeno tecnológico para descargar y leer pronto uno o todos tus cuentos.



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