top of page

La contadora de películas.

  • Samuel Rosas
  • 17 ene 2017
  • 3 Min. de lectura

Siempre he recorrido las bibliotecas como un turista primerizo. Escudriño en los estantes del catálogo de literatura con calma y abierto a cualquier circunstancia. Se muy bien que los libros no deben juzgarse por su portada; sin embargo, juzgarlos por su contraportada, por ese pequeño resumen que te acerca un poco a la esencia del escritor en ese trabajo, es completamente válido.



Suelo llevarme maravillosas sorpresas, como aquella tarde que descubrí “La contadora de películas” de Hernán Rivera Letelier. María Margarita, la protagonista del libro, desempeña para con su familia el mismo papel que las contraportadas desempeñan en mi vida, en mi búsqueda habitual. La familia de María Margarita era fiel asistente al cine local. Empero, tras el accidente de su padre que lo había dejado paralítico y el abandono de su madre, la situación familiar había cambiado radicalmente. La pensión que se le había otorgado tras el accidente era ínfima. El gasto era al día; incluyendo las botellas de vino en las que su padre se había refugiado. No podían costear más las entradas al cine local.

Un buen día, cuando María Margarita cumplió los diez años, su padre tuvo la idea de realizar un concurso. Debido a que el dinero era escaso, proponía mandar a los cinco hermanos –uno a uno- a una función; debían regresar y contar ante toda la familia la película. Aquel que fuera el mejor narrador ganaría el concurso; teniendo la oportunidad de ser enviado de forma habitual a las funciones. Así fue como, tras una reñida decisión, María Margarita se convirtió en la contadora oficial de la familia. Con el tiempo, llamó la atención de todos sus vecinos. Al principio se acercaban a la ventana para escucharla. Después, familias enteras se reunirán al rededor de la sala para observarla. Poco a poco comenzaron a cobrar la entrada; incluso a contratarla para “contar películas a domicilio”. María Margarita montaba un espectáculo completo cada noche tras regresar de la película asignada; usualmente mexicanas, pues amaba interpretar a su manera las canciones. Posteriormente interpretaría, a su manera, las películas; agregando un poco de lo que le parecía idóneo o correcto para lograr esbozar una sonrisa en sus espectadores.


“Alguna vez leí una frase –seguramente de un autor famoso- que decía algo así como que la vida está hecha de la misma materia de los sueños. Yo digo que la vida perfectamente puede estar hecha de la misma materia de las películas. Contar una película es como contar un sueño. Contar una vida es como contar un sueño o una película” (Rivera, H. La contadora de películas. P. 67).


Hasta aquí, la historia que propone Rivera Letelier parece un típico y alegre acercamiento a la solución que una niña puede encontrar ante situaciones adversas; pero la realidad es diferente. “La contadora de películas” es un relato maravilloso en primera persona que describe a una María Margarita en dos etapas: el antes, con su sentir de artista solicitada, y el después, tras ser víctima de una violación; tras convertirse en la única habitante de un pueblo fantasma. “Cuando recién comenzaba la narración me interrumpió toscamente para decirme que el no oía bien con un oído, que me acercara más. Después me dijo que mejor le contara la película sentada en sus piernas” (Rivera, H. La contadora de películas. P. 81).


“La contadora de películas” es el libro perfecto para leerse en un día gracias a su facilidad y envolvimiento. Es un texto cuya mejor difusión es “de boca en boca”, como María Margarita. Es un anhelo por menos mujeres no convirtiéndose en habitantes de un pueblo fantasma.


Bibliografía: Rivera, H. La contadora de películas. Alfaguara.

Comentários


Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square

© 2017 por AC.

bottom of page